Proceso

AGAVE, CULTIVO Y COSECHA

En la región del Valle, la intensidad del sol y la riqueza del suelo crean las condiciones ideales para los campos de agave destinados a nuestro tequila. La tierra aquí es de origen volcánico y a baja altitud. El agua, proveniente de un manantial de montaña que fluye a través de capas de mantos y rocas. Este entorno, rico en minerales, favorece el desarrollo de agaves con notas terrosas y herbales, lo que contribuye a una conversión de azúcares más eficiente. Nuestros jimadores son artesanos, cosechan el agave solo cuando está completamente maduro, lo que requiere al menos seis años de crecimiento.

COCIMIENTO TRADICIONAL EN HORNO DE MAMPOSTERÍA

El agave cosechado se cuece lentamente a bajas temperaturas, entre 90 y 95°C (194° a 203°F), durante 48 horas, para preservar su riqueza nutricional. Este proceso mejora la textura del agave y concentra de manera natural los azúcares, lo que permite mantener las notas dulces y frutales del agave cocido que se reflejarán en los aromas, sabores y suavidad de nuestro tequila.

MOLIENDA EN TAHONA

La tahona, también conocida como molino de piedra, es una rueda de dos toneladas que gira sobre las fibras de agave cocidas. Este antiguo método es laborioso y utiliza solo agua de manantial de montaña para extraer el jugo de agave de Laelia, conservando las ricas notas vegetales y terrosas que reflejan la esencia de nuestra tierra.

FERMENTACIÓN NATURAL

Siguiendo procesos tradicionales milenarios, fermentamos el jugo de agave en concentraciones de 9 a 11° Brix, utilizando fibra de agave de las tahonas. Esta combinación, junto con el aire, proporciona de manera natural las levaduras y microorganismos necesarios para obtener el vino de agave. Son 60 horas de transformación y cuidado, durante las cuales ocurre la magia: el agave azul, que tarda 6 años en estar listo para ser cosechado y se convierte en la esencia y el orgullo de nuestra tierra y nuestra nación.

DOBLE DESTILACIÓN EN ALAMBIQUE DE COBRE

La primera destilación se realiza en alambiques de cobre, utilizando presión de vapor y bagazo de agave. El cobre, al ser un material poroso y selectivo, intensifica las notas dulces, frutales, del agave cocido y de nuestra tierra.

En la segunda destilación, el producto ordinario de la primera se concentra y se convierte en tequila, bajo la cuidadosa supervisión de nuestro maestro destilador, Carlos Huizar. Él guía la elegante transformación final de Laelia, dando como resultado un tequila limpio, suave y cristalino, en el que abundan las notas de agave cocido y minerales.

BARRICAS DE ROBLE BLANCO AMERICANO Y FRANCÉS

Las barricas de Laelia están hechas de roble de la más alta calidad, proveniente de las zonas forestales más selectas del centro de Francia y el Medio Oeste de Estados Unidos. El roble se cura cuidadosamente y se expone al sol, el viento, la lluvia y otros elementos que realzan sus refinadas cualidades gustativas.

LAELIA BLANCO reposa un mínimo de 14 días en barricas de roble blanco americano, conservando el sabor natural y terroso del agave y las especias, mientras aporta una ligera suavidad al tequila.

LAELIA REPOSADO se envejece de cuatro a seis meses en barricas de roble blanco francés ligeramente tostadas, logrando un equilibrio perfecto entre el agave cocido y notas minerales, complementadas con delicados y elegantes toques de madera y especias. Cada gota es cuidada, y se reposa hasta alcanzar la perfección óptima, creando una conexión entre la tierra y la naturaleza.